Pasar tiempo en el espacio cambiará el cerebro de los astronautas para siempre

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Hasta hace unas décadas, ningún hombre había estado nunca alejado del calor amoroso de la fuerza de gravedad. Cuando comenzó la era de la exploración espacial, aún no estaba claro cuánto tiempo afectaría al cuerpo el estiramiento sin gravedad. Un nuevo análisis realizado por astronautas de la Universidad de Oregon Health & Science muestra que sus cerebros experimentan cambios estructurales debido a la exposición a la microgravedad. Esos cambios durarán mucho tiempo después de que regresen a la Tierra.. Sin embargo, puede haber un límite de cuánto puede cambiar el cerebro.

Ha habido un interés creciente en cómo la biología humana puede hacer frente a los viajes espaciales. Nos hemos centrado en la órbita terrestre baja durante décadas, e incluso las misiones lunares del tiempo Apolo se llevaron a cabo en unos pocos días. Con el objetivo de la existencia a largo plazo de la NASA en la órbita lunar, cuestiones como el envejecimiento, la función cerebral y la exposición a la radiación en el espacio se han convertido en temas candentes, ya que los astronautas como Elon Musk hablan sobre la explosión de personas en Marte.

El equipo, que trabajó con un equipo de médicos de los Estados Unidos, realizó resonancias magnéticas en 15 astronautas. Recolectaron escaneos seis meses antes de partir hacia la Estación Espacial Internacional, y luego otro conjunto de escaneos seis meses después de su regreso. Los investigadores estaban interesados ​​en el espacio perivascular, los espacios alrededor de los vasos sanguíneos que se cree que el cerebro ayuda a equilibrar el líquido cefalorraquídeo. Estos vacíos son esenciales para un proceso conocido como el sistema climatérico que destruye las proteínas metabólicas, de lo contrario pueden formarse y causar daño.

La estación de entrada propuesta requerirá más tiempo para el personal que la estación en órbita terrestre baja.

Por primera vez, los astronautas de la ISS descubrieron grandes espacios perivasculares en el cerebro unos meses después de que el equipo regresara del espacio. El mismo proceso ocurre en la Tierra a medida que el cerebro envejece, lo que sugiere que el tiempo que se pasa en microgravedad puede acelerar el proceso. Sin embargo, los astronautas mayores mostraron resultados ligeramente diferentes. Sus espacios perivasculares no cambiaron después de sus tareas, lo que significa dos cosas. Primero, su cerebro puede haber alcanzado algún tipo de «homeostasis» cuando los espacios perivasculares se agrandan. En segundo lugar, las brechas no se reducen a niveles “normales” con el tiempo. El equipo no notó ningún deterioro cognitivo o físico debido a estos cambios.

Todavía no está claro cómo los intervalos muy largos en el espacio pueden transformar el cerebro, pero este estudio proporciona buena evidencia de que los viajes cortos no causan daño general al sistema climatérico. Esto es sólo un problema potencial. A medida que las personas pasan más tiempo lejos del único hogar que conocemos, podemos ver que la biología humana es más o menos sólida. Este último es el sueño de Elon Musk Colonización de Marte en una década Puede perecer.

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